Reclaiming Ancestral Identity and Memory: Northern Cauca Communities in Cali’s Petronio Álvarez Festival
- rafabg
- Sep 16
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The Petronio Álvarez Festival, named after the Afro-Colombian composer and musician Petronio Álvarez (1914–1966) from Buenaventura, has become a symbol of the Pacific region’s cultural and musical identity. Held annually in Cali since 1997 with the support of the Education and Culture Secretariats, it stands as the largest showcase of Afro-Colombian culture, celebrating ancestral heritage through gastronomy, rituals, music, and dance.
This year, two community councils from Northern Cauca returned to the Petronio Festival, carrying with them the rhythms, voices, and traditions that have sustained them for generations. With technical support from Guernica 37 Centre, their presence went beyond celebration: it was a statement of memory and accountability. Between 2000 and 2004, the United Self-Defence Forces of Colombia (AUC) systematically attacked these communities, using the Cauca River as a site of terror, mass executions, and forced disappearances. Once a sacred place for rituals such as ombligamiento (a newborn rite), the river became a source of fear. By reclaiming their culture on Petronio’s stage, the communities transform pain into resilience, weaving art, memory, and justice back into their social fabric.
At this year’s festival, the two community councils took part in academic panels within the Quilombo Pedagógico section. On August 13, 2025, leaders Deyanira Peña Carabalí and Jazmín Tobar joined a fellow community council leader from Buenaventura in the panel Culture and Natural Resources: Waters, Rivers, and Sea. While the leader from Buenaventura spoke about her community’s connection to the Pacific Ocean and its mangroves, Deyanira and Jazmín shared how their people are restoring their ancestral bond with the Cauca River.

These reflections are closely tied to a community-led restorative process the councils have been shaping with the support of Guernica 37 Centre. Rooted in memory and cultural practices, this process seeks to repair the damage left by violence and to rebuild the fabric of community life. The two councils are active participants in Case 05 of the Special Jurisdiction for Peace (JEP), which investigates crimes committed in Northern Cauca and Southern Valle del Cauca. As part of this case, they will soon present their restorative proposal directly to the magistrates overseeing the process.
On August 15, the panel Culture and Natural Resources: Fauna and Cultural Practices gave the floor to a representative from one of the community councils. They spoke about how the armed conflict severed ancestral ties with local fauna, even forcing families to abandon the use of medicinal plants passed down through generations. Reviving these practices is now part of the community’s journey of healing - an act of reclaiming both knowledge and their cultural bond with nature.
The community councils from Northern Cauca also presented the House of Life and Water at the Petronio Álvarez Festival. Designed in the style of a traditional Pacific casita, the installation showcased elements of community life such as musical instruments, fruits from their territory, and photographs of the Cauca River. As leader Deyanira Peña explained, the drums crafted by the community’s healers of the territory - women who survived violence -symbolize the freedom that comes through healing, for, in their words, “music cures.”
Unlike the previous year’s exhibition, which centered on the communities’ actions to secure official recognition of the Cauca River as a victim, this year Deyanira highlighted efforts to restore the bond with the river itself. These include cleaning its waters, repopulating it with fish, and organizing “caretakers” dedicated to its protection.

The communities’ presence at Petronio Álvarez is part of a long struggle for truth and accountability, carried from cultural spaces to the courts. With Guernica 37’s support, their persistence led to a historic milestone in 2023: the official recognition of the Cauca River as a victim of the armed conflict.
(ESPAÑOL)
Reivindicando identidad y la memoria ancestral:
Comunidades del norte del Cauca en el Festival Petronio Álvarez
El Festival Petronio Álvarez, nombrado en honor al compositor y músico afrocolombiano Petronio Álvarez (1914–1966) de Buenaventura, se ha convertido en un símbolo de la identidad cultural y musical de la región del Pacífico. Con el apoyo de las Secretarías de Educación y Cultura, se celebra anualmente en Cali desde 1997 y es el mayor festival cultural del Pacífico colombiano, celebrando el patrimonio ancestral a través de la gastronomía, los rituales, la música y la danza.
Este año, dos consejos comunitarios del norte del Cauca volvieron a llevar sus voces y tradiciones al festival, con el acompañamiento técnico de Guernica 37. Su participación hizo parte de un esfuerzo más amplio por recuperar los espacios culturales como lugares de memoria y de exigencia de justicia. Entre 2000 y 2004, las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) atacaron sistemáticamente a estas comunidades, utilizando el río Cauca como escenario de terror, ejecuciones y desapariciones forzadas. Un río que antes era sagrado —hogar de rituales como el ombligamiento de los recién nacidos— se convirtió en un lugar de miedo y terror. Hoy, al compartir su herencia cultural en el Petronio, las comunidades transforman ese dolor en resiliencia, tejiendo arte, memoria y justicia en su vida colectiva.
En la edición de este año, las comunidades participaron en dos paneles académicos dentro de la sección Quilombo Pedagógico. El primero, realizado el 13 de agosto bajo el título “Cultura y recursos naturales: aguas, ríos y mar”, reunió a las lideresas Deyanira Peña Carabalí y Jazmín Tobar junto con otra lideresa de un consejo comunitario de Buenaventura. Mientras la lideresa de Buenaventura habló de la conexión de su comunidad con el océano Pacífico, la pesca ancestral y los manglares, Deyanira y Jazmín compartieron cómo sus comunidades están reconstruyendo el vínculo ancestral con el río Cauca.
Estas reflexiones están estrechamente vinculadas con un proceso restaurativo que las comunidades han venido construyendo, con el acompañamiento del Centro Guernica 37. Arraigado en la memoria y las prácticas culturales, este proceso busca reparar los daños de la violencia y recomponer el tejido comunitario. Ambos consejos participan activamente en el Caso 05 de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), que investiga los crímenes cometidos en el norte del Cauca y el sur del Valle del Cauca, y próximamente presentarán su propuesta restaurativa directamente a los magistrados del Caso.

El 15 de agosto tuvo lugar el segundo panel “Cultura y recursos naturales: fauna y prácticas culturales”, en el que un representante de uno de los consejos comunitarios reflexionó sobre cómo el conflicto armado quebró la relación ancestral con la fauna y obligó al abandono de plantas medicinales tradicionales. Hoy, recuperar esas prácticas forma parte del camino de restauración que las comunidades marcaron para fortalecer su vínculo ancestral con la naturaleza del territorio.
En esta edición, los consejos comunitarios del norte del Cauca también presentaron la Casa de la Vida y del Agua en el Festival Petronio Álvarez. Diseñada como una “casita” tradicional del Pacífico, esta instalación expuso elementos representativos de la comunidad como instrumentos musicales, frutas de su territorio y fotografías del río Cauca. Deyanira Peña explicó que los tambores elaborados por las “sanadoras del territorio” —mujeres sobrevivientes de la violencia— simbolizan la libertad alcanzada a través de la sanación, porque, en sus palabras, “la música cura”. A diferencia de la exposición de 2024, que se centró en las acciones emprendidas para lograr el reconocimiento oficial del río como víctima, este año Deyanira destacó los esfuerzos actuales por restaurar el vínculo con el río: limpiarlo, repoblarlo con peces y organizar cuidadoras y cuidadores del Cauca.

La participación de estas comunidades en el Festival Petronio Álvarez forma parte de una larga lucha por la verdad y la rendición de cuentas, que desde 2017 cuenta con el apoyo de Guernica 37 y que también se ha abierto camino en los tribunales de justicia transicional. En 2023, esa persistencia alcanzó un hito histórico: el reconocimiento oficial del río Cauca como víctima del conflicto armado, un hito más que simbólico hacia la justicia.







